Cada vez más mujeres heterosexuales optan por permanecer solteras, cansadas de las dificultades y los desequilibrios que encuentran en sus relaciones con los hombres. Esta decisión forma parte de una tendencia más amplia, denominada "heteropesimismo", que está creciendo en varios países.
Una ola de celibato global
Desde 2010, la proporción de personas que viven solas ha aumentado en 26 de los 30 países ricos, con 100 millones más de solteros que en 2017. The Economist (2025) y testimonios de mujeres italianas destacan esta elección entre las jóvenes, que se describen como «solteras, libres y felices». Este cambio se explica en parte por la evolución social. En muchos países occidentales, las mujeres tienen ahora un mayor nivel educativo, mayor independencia financiera y ya no necesitan el apoyo de una pareja. En el pasado, algunas mantenían relaciones por necesidad económica. Hoy, pueden elegir: permanecer solteras en lugar de soportar una relación insatisfactoria o desequilibrada.
El heteropesimismo y sus raíces
El concepto de "heteropesimismo", acuñado en 2019 por Asa Seresin, describe el discurso heterosexual en torno a las relaciones disfuncionales. La Stampa, uno de los periódicos de mayor circulación en Italia, lamenta una "casa en llamas" debido al comportamiento masculino, mientras que The Washington Post señala que los hombres heterosexuales tienen dificultades con la educación, el empleo y la madurez emocional. Ante esto, algunas mujeres comienzan a cuestionar la idea misma de que estar en una relación con un hombre sea un fin en sí mismo. En un mundo donde los roles tradicionales —el sustentador de la familia, la mujer dependiente— se están derrumbando, el modelo heterosexual tradicional está perdiendo su atractivo.
El movimiento 4B en Corea del Sur
En Corea del Sur, el movimiento feminista 4B encarna esta rebelión con mayor fuerza aún: las mujeres rechazan el matrimonio (biyeonhal), la maternidad (chaesaeng), la intimidad heterosexual (seksa) y las relaciones románticas (yeonae). Ante una cultura patriarcal extrema, una tasa de natalidad históricamente baja y un sexismo persistente, miles de mujeres surcoreanas optan por una autonomía radical, inspirando un debate global sobre la emancipación.
¿Hacia nuevos modelos?
Algunos sociólogos sugieren una revisión completa de nuestra perspectiva sobre las relaciones románticas, proponiendo, por ejemplo, formas más flexibles como los matrimonios temporales o el poliamor. Otros análisis destacan una nueva generación de mujeres que eligen vivir sus deseos con claridad, sin dejarse atrapar por ideales románticos que se han vuelto opresivos. Este creciente malestar con los modelos tradicionales está llevando al desarrollo de modelos de relación más libres y equitativos, más adecuados a las aspiraciones actuales.
En definitiva, lejos de rechazar el amor, esta ola de celibato femenino refleja el deseo de redefinir los términos de la intimidad sobre bases más sanas e igualitarias. Lo que algunos llaman "heteropesimismo" es también, para muchos, una nueva claridad frente a patrones relacionales obsoletos. En todo el mundo, las mujeres están optando por reenfocarse en sí mismas, rechazar compromisos dolorosos y reclamar un espacio para la libertad emocional. Este movimiento no señala el fin del amor, sino quizás el fin de cierto tipo de amor forzado y el comienzo de una conexión donde el respeto, el consentimiento y la reciprocidad ya no son excepciones, sino principios fundamentales.
