Viktoria Hansova, campeona mundial júnior de skeleton en 2024, se enfrenta a una absurda paradoja: con 1,78 metros de altura y 70 kg de peso, se la considera "demasiado pesada" para su deporte. Debido a una estricta normativa que limita el peso total de la atleta y el trineo a 102 kg, su futuro olímpico está en peligro. En un conmovedor testimonio, la atleta alemana denuncia una norma que induce a las atletas a comportamientos peligrosos y exige una reforma urgente.
Una regla que penaliza los tipos de cuerpo "normales"
El skeleton femenino, uno de los deportes de invierno más antiguos, impone un peso máximo combinado de 102 kg, incluyendo 38 kg para el luge. Esta limitación coloca a Viktoria Hansova en una situación insostenible: con su altura y masa muscular natural, a menudo supera este límite. En Lillehammer, Noruega, durante las rondas clasificatorias, pesó 106 kg, 4 kg por encima del límite. El resultado: intensas sesiones de pérdida de peso y una lucha contra su propio cuerpo.
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Cuando el rendimiento se convierte en sufrimiento
Para alcanzar el peso permitido, la joven atleta se sometió a entrenamientos extremos. Recuerda correr a las 4 de la mañana en ayunas, ducharse con agua hirviendo y reducir su ingesta de alimentos a casi nada. "Estaba temblando, completamente agotada", confiesa, describiendo una espiral de pensamientos absurdos: calcular el peso de su sostén, considerar cortarse el pelo, todo por unos gramos menos. Agotada física y psicológicamente, Viktoria Hansova no pudo competir, víctima de un sistema que prioriza la báscula sobre la salud.
Un llamado a la reforma
Más allá de su propia experiencia, Viktoria Hansova denuncia una desigualdad estructural. Las mujeres más altas o atléticas se ven perjudicadas por una cifra arbitraria. «Terminas pensando constantemente en tu peso», lamenta en Welt am Sonntag , mencionando incluso el estrés de beber entre series por miedo a exceder el límite. Aboga por una adaptación de las reglas para tener en cuenta la altura o el IMC, de modo que la competición siga siendo justa y saludable.
En definitiva, la historia de Viktoria Hansova pone de manifiesto las deficiencias de un sistema deportivo donde el rendimiento puro prima sobre el bienestar físico y mental. Al denunciar públicamente estas prácticas, la joven alemana ha abierto un debate crucial sobre la salud de los atletas y la urgente necesidad de adaptar las regulaciones a la diversidad de cuerpos.
