Casi uno de cada dos hombres experimenta una pérdida de cabello significativa con el tiempo. En Francia, este fenómeno afecta a todos, incluidos los hombres más jóvenes. Según un estudio de 2023 de Medihair , el 44,25 % de los hombres franceses sufre una pérdida de cabello marcada, una cifra que sitúa a Francia en el tercer puesto mundial, solo por detrás de España e Italia. A nivel mundial, este hallazgo pone de manifiesto una realidad que a menudo se percibe como fuente de inseguridad, pero que cada vez se acepta más abiertamente.
Un fenómeno con múltiples causas
La calvicie, o alopecia androgenética, se debe principalmente a factores hormonales y genéticos. Las altas tasas observadas en el sur de Europa se explican por predisposiciones hereditarias y un estilo de vida a veces asociado con un mayor estrés o desequilibrios hormonales. En comparación, las tasas son mucho más bajas en Colombia (27%) o Indonesia (26,9%), donde los factores ambientales y la genética parecen tener un mayor efecto protector.
De la vergüenza al cuidado: la liberación de la palabra
Considerada durante mucho tiempo un tabú, la calvicie de patrón masculino está entrando ahora en el debate público. Numerosas celebridades, como Florent Pagny, Rafael Nadal y Elton John, han admitido haberse sometido a trasplantes capilares, lo que ha hecho que el procedimiento sea cada vez más común.
Mientras tanto, la tendencia de las extensiones capilares atrae a una clientela cada vez más joven. En TikTok e Instagram, los vídeos que muestran la aplicación de prótesis capilares acumulan millones de visualizaciones. Estas transformaciones instantáneas, a menudo espectaculares, están ayudando a normalizar el tratamiento cosmético de la calvicie.
Este cambio de perspectiva no se trata solo de corrección u ocultación. Un contramovimiento, impulsado por los valores de la positividad corporal, aboga por la aceptación de la calvicie como una etapa natural de la vida. Ya sea rapada o aceptada tal cual, la pérdida de cabello ya no se considera una tragedia ni una fuente de vergüenza, sino una evolución corporal normal. Este enfoque fomenta la reconciliación con la propia imagen, recordándonos que la decisión de actuar —o no hacer nada— es, ante todo, una cuestión de libertad individual.
Una relación en rápida evolución con la masculinidad
Tras esta evolución se esconde un profundo cambio sociológico: la cambiante relación entre los hombres y su apariencia. Durante mucho tiempo, la caída del cabello simbolizaba la inevitabilidad o, por el contrario, la madurez. Hoy en día, todos afirman su libertad de elegir —aceptar la calvicie, ocultarla o tratarla— sin vergüenza ni juicio. Tanto las marcas de cosméticos como los influencers masculinos fomentan esta diversidad de opciones.
Con casi el 45% de los hombres afectados, Francia se encuentra entre los países más afectados por la calvicie. Sin embargo, lo que realmente está cambiando es la percepción del fenómeno. Entre las innovaciones médicas, las tendencias capilares y los testimonios personales, la caída del cabello ya no es un tabú, sino una realidad aceptada.
