Te encanta compartir los logros, las sonrisas y los momentos tiernos de tus hijos en redes sociales. Es natural: ¿quién no querría atesorar estos recuerdos o compartirlos con sus seres queridos? Sin embargo, detrás de estas publicaciones se esconden riesgos que muchos padres aún desconocen.
Secuestro infantil en línea y pornografía infantil: un riesgo subestimado
Más de la mitad de los padres franceses publican regularmente fotos o vídeos de sus hijos. A menudo, esto se debe a un orgullo genuino o al deseo de capturar cada etapa de su crecimiento. Sin embargo, esta práctica, ahora conocida como "sharenting", tiene consecuencias. Al compartir estas imágenes, expones a tus hijos a peligros a veces graves y difíciles de controlar. Cualquier imagen publicada puede ser recuperada por usuarios maliciosos de internet y utilizada de formas inimaginables.
Algunas personas crean perfiles falsos con estas fotos, otras las integran en redes de pornografía infantil o incluso las manipulan con inteligencia artificial para producir deepfakes humillantes. Según organizaciones especializadas , casi el 50 % de las imágenes de pornografía infantil en línea provienen de publicaciones de padres, a menudo sin desnudos ni malas intenciones. Una simple foto de tu hijo sonriendo en la playa o asistiendo a una fiesta de cumpleaños puede ser objeto de apropiación indebida y circular indefinidamente. Una vez en línea, este contenido escapa a todo control. E incluso si decides eliminar la publicación, es imposible garantizar que la imagen no esté ya almacenada o compartida en otro lugar.
La conclusión es clara: cada foto publicada conlleva un riesgo real. Esto no significa que debas renunciar a compartir recuerdos, pero es fundamental hacerlo conscientemente, con las protecciones adecuadas.
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Acoso e impacto psicológico: el lado invisible del sharenting
Más allá de los riesgos delictivos, el sharenting puede tener consecuencias psicológicas duraderas para sus hijos. Estar presente en cientos o miles de fotos en línea construye una identidad digital que no eligieron. A los 13 años, un niño aparece en promedio en 1300 fotos publicadas por sus familiares y amigos. Este contenido, visible para compañeros de clase, profesores o desconocidos, puede convertirse en fuente de burlas, acoso o ciberacoso.
Los comentarios negativos o burlones, incluso los aislados, pueden afectar la autoestima y la seguridad de un niño. Imagine que una foto inocente de su hijo cayéndose de la bicicleta se viraliza y sus compañeros la comparten con constantes burlas. Este tipo de exposición, aunque involuntaria, puede tener un impacto duradero en su autoestima y su confianza en los demás.
Comprender el impacto psicológico del sharenting ayuda a encontrar un equilibrio entre el deseo de compartir y la protección del niño. Cada publicación debe evaluarse no solo en función de tu orgullo, sino también por las posibles consecuencias para su vida diaria y su salud mental.
Derechos de imagen y soluciones prácticas: actuar sin culpa
En Francia, la ley protege los derechos de imagen de los menores. En la práctica, esto significa que debe obtener el consentimiento del niño tan pronto como sea capaz de comprender las implicaciones de la publicación. Publicar sin autorización puede generar responsabilidad y dar lugar a acciones legales en caso de perjuicio.
Afortunadamente, existen soluciones sencillas y eficaces para limitar los riesgos. Primero, configure sus cuentas como privadas y preste atención a la configuración de compartir. Pida la opinión del niño o niña, e idealmente, del otro padre, antes de cada publicación. Evite compartir información personal que pueda identificar fácilmente a su hijo o hija: ubicación de la escuela, dirección, rutinas diarias. Por último, no dude en revisar periódicamente sus publicaciones y eliminar aquellas que ya no sean relevantes o que puedan causar problemas en el futuro.
Estos sencillos pasos te permiten seguir celebrando momentos en familia respetando la privacidad de tu hijo. No se trata de hacerlos sentir culpables, sino de adoptar un enfoque consciente y respetuoso que les permita construir su propia identidad digital cuando lo deseen.
Sharenting: Piensa antes de publicar
Compartir la vida de tus hijos en redes sociales es una actitud natural, incluso cariñosa. Sin embargo, los riesgos asociados con el sharenting a menudo superan lo que imaginamos. Antes de publicar, hazte una pregunta sencilla: ¿estaría mi hijo orgulloso de esta publicación mañana? ¿Podría perjudicarle a corto o largo plazo? Al adoptar esta mentalidad, conviertes cada publicación en un acto deliberado y protector, en lugar de un simple impulso.
En resumen, proteger la privacidad de tus hijos es mucho más que una simple precaución: se trata de darles la libertad de elegir su presencia en línea y construir su identidad digital de forma independiente. Los recuerdos familiares pueden preservarse, compartirse con moderación y, sobre todo, con respeto hacia quienes más quieres, a salvo de miradas indiscretas.
