Entrar en los cuarenta es como empezar un nuevo capítulo sin saber bien qué esperar: emocionante, a veces confuso, a menudo lleno de cambios. Pero ¿y si, contrariamente a la creencia popular, la principal causa de nuestros bajones de energía no es la edad en sí? Eso es lo que sugiere Olivia Drouot (@oliviadrouot), creadora de contenido e instructora de Pilates, compartiendo su perspectiva.
El mito del «hito» de la mediana edad
Cumplir 40 años todavía parece, para muchos, sinónimo de un hito. Es una palabra casi solemne, que evoca un punto de inflexión, una frontera que cruzar. En una sociedad que adora celebrar la juventud, las mujeres de cuarenta y tantos a veces sienten que deben disculparse por el cansancio o las molestias. A menudo atribuyen estas sensaciones a un metabolismo más lento, hormonas erráticas o simplemente al paso del tiempo. Según Olivia Drouot (@oliviadrouot), el verdadero adversario no es cumplir los cuarenta en sí, sino el estilo de vida sedentario que se instala gradualmente, a veces sin darnos cuenta.
Su mensaje no pretende minimizar lo que sienten las mujeres; simplemente resalta un aspecto que a menudo se pasa por alto: el cuerpo puede perder vitalidad cuando no se mueve con regularidad. Y esta realidad no es un fracaso personal. Es un fenómeno natural. Cuando la vida diaria se llena de responsabilidades, trabajo y carga mental, rápidamente nos encontramos funcionando en piloto automático, olvidando que nuestro cuerpo también necesita atención.
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Cuando el cuerpo entra en "pausa"
Olivia nos recuerda que el cuerpo no es una herramienta que se pueda explotar hasta el agotamiento, sino un compañero. Un compañero que, al estar "en espera" durante demasiado tiempo, acaba haciendo sentir su presencia: fatiga acumulada, tensión muscular, dificultad para respirar y un bajón en la moral. No porque tengamos 40 años, sino porque le exigimos demasiado a un cuerpo al que le damos poco espacio para expresarse.
Lo que hace que su mensaje sea tan inspirador es su simplicidad. No hace falta convertirse en maratonista ni adoptar una rutina de ejercicios ultradisciplinada. En cambio, sugiere acciones accesibles: algunos estiramientos, una caminata más larga de lo habitual, posturas de Pilates o incluso unos minutos de respiración profunda. Son estas pequeñas acciones, discretas pero regulares, las que pueden aliviar ciertas molestias o aumentar la energía. Sentirse más activo, más alerta, más vital: estas son a menudo las sensaciones que restauran la confianza.
Mudarse está bien, pero nunca bajo presión.
Sin embargo, es fundamental matizar su mensaje. Olivia Drouot (@oliviadrouot) comparte su perspectiva personal, moldeada por su práctica, su profesión y sus experiencias vitales. Sí, los médicos recomiendan moverse a diario. Sí, evitar el sedentarismo excesivo generalmente promueve un mayor bienestar general. Sin embargo, esto nunca debería convertirse en una simple orden, un imperativo que aumente aún más la carga mental que ya es pesada.
Nos movemos si podemos. Nos activamos si nos apetece. Avanzamos a nuestro propio ritmo, sin sentirnos nunca culpables. Algunas etapas de la vida dejan menos espacio para el movimiento, y esto no disminuye el valor, la fuerza ni la belleza de quienes las atraviesan. La autocompasión siempre debe ser la base del proceso.
En resumen, puedes optar por incorporar un poco más de movimiento a tu vida diaria si te hace sentir bien. Puedes escuchar a tu cuerpo y decidir qué necesita, a tu propio ritmo. Cumplir cuarenta ya no te parecerá un punto de inflexión tan temido. Puede convertirse en un momento enriquecedor y consciente, un terreno fértil para reconectar contigo mismo y escribir un nuevo capítulo más coherente. Porque el verdadero problema no es la edad, sino cómo decides verte a ti mismo.
