Estas son frases que nunca debes decir a los niños durante el periodo navideño.

Con la llegada de las fiestas, muchos adultos sucumben a la tentación de usar a Papá Noel como moneda de cambio para conseguir que sus hijos se porten bien. Sin embargo, según la psicoterapeuta familiar Fiona Yassin , este tipo de conversación puede dejar cicatrices duraderas en la mente de los niños pequeños. Aquí tienes un breve resumen de frases que debes evitar y por qué deberías evitarlas si quieres proteger el bienestar de tus hijos.

"Te pondrán en la lista de los malos si no te comportas".

Es una preparación navideña clásica, pero Fiona Yassin advierte contra ella: puede causar ansiedad, especialmente en niños que ya presentan vulnerabilidades psicológicas. De hecho, asociar el comportamiento con el miedo ( "serás castigado", "no recibirás ningún regalo" ) enseña a los niños que son "mejores" cuando se portan bien y, por lo tanto, "peores" cuando no lo son. El peligro: pueden creer erróneamente que su amor o su valía dependen de su comportamiento. Y esta creencia puede arraigarse profundamente.

"Papá Noel te está mirando, presta atención."

Una variación sutil pero igualmente angustiosa. El niño puede sentirse constantemente observado y juzgado, incluso en momentos aparentemente insignificantes. Esta vigilancia imaginaria puede generar estrés e incluso impedir que actúe espontáneamente. Es mejor dejar la Navidad como un espacio de alegría y libertad, no como un lugar de control constante.

"Dale un beso/abrazo a…"

Aunque parezca inofensivo, insistir en que un niño bese o abrace a alguien (un abuelo, una tía, un amigo, etc.) puede socavar su capacidad de respetar su propio cuerpo y dar su consentimiento. El niño aprende que su cuerpo no le pertenece por completo, que debe "obedecer" las expectativas de afecto de los adultos. A la larga, esto puede afectar su comprensión de los límites y su derecho al espacio personal, lecciones esenciales para su desarrollo personal.

"Merezco otra rebanada de postre."

Durante las comidas navideñas, es común que un adulto diga con indiferencia: " Me merezco un poco más" o "Me gané este postre". Según el experto, este tipo de frase transmite un mensaje implícito peligroso. Sugiere que el placer —en este caso, el placer de comer— debe "ganarse". En un niño, esto puede inculcar la idea de que comer o experimentar placer es condicional, lo que contribuye a establecer, consciente o inconscientemente, una relación negativa o cargada de culpa con la comida. A largo plazo, esto puede fomentar trastornos alimentarios o una relación poco saludable con el placer y el cuerpo.

"Hazle un favor a la abuela, termina tu plato."

Bajo la apariencia de cortesía y buenas intenciones, esta frase enseña a los niños a ignorar sus sensaciones internas (hambre, saciedad) para satisfacer las expectativas de los demás. Esto puede nublar su capacidad de escuchar a su cuerpo y reforzar la idea de que complacer a los adultos está por encima de sus propios sentimientos. Animar, sí. Obligar, no. La autonomía corporal también se desarrolla en la mesa.

¿Te das cuenta de la suerte que tienes? Hay niños que no tienen nada.

Aunque motivada por el deseo de ampliar los horizontes del niño, esta frase minimiza sus emociones. Le enseña que sentir frustración o decepción es ilegítimo. Sin embargo, comparar no hace desaparecer una emoción; la silencia. Reconocer los sentimientos del niño siempre es más constructivo.

"Sonríe un poco, después de todo es Navidad."

Incluso en Navidad, un niño tiene derecho a estar cansado, molesto o simplemente tranquilo. Imponerle una emoción "correcta" equivale a negarle lo que realmente siente. Permitirle todas las emociones, incluso las menos alegres, contribuye a un desarrollo emocional saludable.

"Nos apretamos el cinturón para complacerte."

Con el aumento del coste de la vida, esta afirmación puede parecer sincera, pero para un niño puede causarle estrés y culpa. Cuando un regalo se presenta como un "sacrificio familiar", el niño puede asociar su propia felicidad o deseos con limitaciones, o incluso con injusticia; una sensación inquietante al celebrar la Navidad, una época que se supone es festiva y alegre.

¿Por qué es importante repensar estos reflejos?

Estas frases pueden parecer inocuas, o incluso utilizadas en tono humorístico o como una tradición, pero según la psicoterapeuta familiar Fiona Yassin, tienen el potencial de tener una influencia duradera en la autoestima, la relación con la comida, el sentimiento de seguridad y confianza en la familia, o incluso la conciencia del respeto y el consentimiento corporal.

Si alguna vez has pronunciado una de estas frases, no te asustes. El objetivo no es la perfección, sino la consciencia. Ajustar tu lenguaje significa ofrecer a los niños un entorno más tranquilo, respetuoso y seguro. La Navidad no necesita ser perfecta para ser mágica; sobre todo, necesita ser tierna. Al elegir palabras positivas, alentadoras y respetuosas, estás dando mucho más que regalos: estás ofreciendo una base emocional sólida, una conexión saludable con el cuerpo, con la comida, con las emociones y contigo mismo. Y ese es un regalo que perdura mucho más allá del 25 de diciembre.

Algunos consejos para mantener viva la magia de la Navidad, sin estrés ni culpa

  • Prefiera las solicitudes de cooperación a las amenazas: "¿Podrías ayudarme a decorar el árbol?" en lugar de "Si no lo haces, Papá Noel no vendrá".
  • Reconozca el comportamiento positivo sin convertirlo en una cuestión de mérito vinculado a los regalos: diga "Me gusta cuando me ayudas, gracias" en lugar de "si eres bueno, recibirás un regalo" .
  • Hable sobre dinero y presupuestos cuando el niño tenga la edad suficiente para comprenderlos, pero sin suponer una carga psicológica para él.
  • Respete el cuerpo de los niños, su derecho a decir no, incluso a un abrazo o un beso: enséñeles a consentir desde muy pequeños.

En resumen, la Navidad está llena de emociones, magia y tradiciones. Esta época festiva no debería ser sinónimo de estrés, culpa ni presión psicológica. Al elegir palabras amables, llenas de respeto y dulzura, ofreces a tus hijos mucho más que un regalo material: les inculcas seguridad, confianza en sí mismos y fe en su propio valor. De esta manera, la Navidad puede seguir siendo una época cálida y alegre.

Margaux L.
Margaux L.
Soy una persona con intereses variados, que escribe sobre diversos temas y me apasiona el diseño de interiores, la moda y las series de televisión. Mi pasión por la escritura me impulsa a explorar diferentes áreas, ya sea compartiendo reflexiones personales, ofreciendo consejos de estilo o compartiendo reseñas de mis series favoritas.

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