La cantautora estadounidense Ariana Grande ha vuelto a denunciar los incesantes comentarios sobre su apariencia, considerada "demasiado delgada" por algunos internautas. Durante la promoción de la película "Wicked 2", republicó una antigua entrevista para recordar a todos lo peligrosos e hirientes que pueden ser estos comentarios, incluso cuando se presumen bienintencionados.
Harto de la humillación corporal
En su historia de Instagram, Ariana republicó un extracto de una entrevista de 2024, explicando que lo compartía "como un amable recordatorio para todos". En ella, relata cómo la habían escudriñado desde la adolescencia, habiendo "escuchado todo" sobre sus problemas, como si su cuerpo fuera objeto constante de análisis público. Destaca lo difícil que es protegerse de este "ruido" al crecer bajo la mirada de los demás, especialmente en una industria obsesionada con la apariencia.
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"Siempre es desagradable", incluso dentro de la familia.
Ariana enfatiza que los comentarios sobre el propio cuerpo son intrusivos, ya sea que provengan de desconocidos en línea o de seres queridos en una mesa festiva. Cita frases aparentemente inocuas —"Has perdido peso, ¿qué ha pasado?" , "Has subido de peso, ¿qué ha pasado?" —, que describe como "incómodas y humillantes", independientemente del contexto. Su mensaje no se limita a la delgadez: nos recuerda que esta violencia también se aplica a la gordofobia y a todas las formas de juicio corporal.
Un llamado a más gentileza… que no es universalmente aceptado.
Para Ariana Grande, comentar sobre la apariencia de alguien, incluso por "preocupación", sigue siendo problemático y puede ser peligroso, especialmente si la persona padece un trastorno alimentario o problemas de salud mental. Por lo tanto, anima a su público a evitar la tentación "fácil" de juzgar el cuerpo de los demás y a priorizar la empatía sobre los juicios severos.
En las redes sociales, su discurso genera divisiones: algunos acogen con satisfacción "un mensaje necesario", otros afirman que "criticar su apariencia sería una forma de salvarla", ilustrando precisamente el mecanismo de "body shaming" que ella denuncia.
Por qué su mensaje importa a pesar de las controversias
Aunque los detractores siguen escudándose en la salud, la declaración de Ariana Grande pone de relieve un fenómeno que afecta a todas las mujeres, famosas o anónimas. Al recordar que nadie tiene que justificar su peso ni soportar un escrutinio constante de su cuerpo, contribuye a una conversación más amplia sobre el derecho a controlar la propia apariencia sin que esta nos defina.
Más allá del debate que genera, la postura de Ariana Grande sirve como un duro recordatorio de lo tensa que sigue siendo la conversación sobre el cuerpo, incluso en 2025. Al priorizar la escucha, la amabilidad y el respeto por los límites de cada persona, abre un espacio necesario para repensar cómo hablamos —o no hablamos— sobre la apariencia física de los demás. Es urgente que superemos la reacción instintiva del comentario automático y cultivemos una cultura del respeto, donde el cuerpo de cada persona deje finalmente de ser un campo de batalla público para la especulación.
