La corona de Miss Finlandia 2025, que simboliza la elegancia y la franqueza, se ha convertido en un símbolo de controversia. Sarah Dzafce, la recién coronada ganadora, fue despojada recientemente de su título tras la difusión en línea de una foto considerada racista hacia los asiáticos. Aunque se disculpó con China y la comunidad asiática, el asunto sigue conmocionando a la opinión pública finlandesa, llegando incluso al corazón del mundo político.
Un gesto y una foto de más
A finales de noviembre, una foto que circuló en redes sociales mostraba a Sarah Dzafce haciendo el gesto de "ojos rasgados", acompañada de un texto en finlandés que se traducía como "comiendo con un chino". Acusada rápidamente de comportamiento racista, la joven explicó que la foto la había publicado inicialmente una amiga en un grupo privado y que en ese momento sufría de migraña. Sarah Dzafce insistió en que no había elegido el texto de la foto.
A pesar de estas explicaciones, la polémica creció. En Instagram, los usuarios la denunciaron como una excusa hueca y una falta de sinceridad. Muchos exigieron que renunciara a su corona, argumentando que este gesto dañaba la imagen de Finlandia en un contexto global donde la sensibilidad a la discriminación racial es cada vez mayor.
Miss Finlandia, de origen kosovar, fue despojada de su título luego de ser vista haciendo un gesto racista hacia los asiáticos.
La foto fue publicada con el título: "Cuando tienes que cenar fuera con un chino". pic.twitter.com/FQVzr1oqhM
– kos_data (@kos_data) 12 de diciembre de 2025
Disculpas insuficientes para calmar la controversia
Ante la presión pública, el certamen Miss Finlandia anunció el 11 de diciembre de 2025 la retirada oficial del título de Sarah Dzafce. La organización declaró en un comunicado de prensa que "no tolera ningún comportamiento discriminatorio" y ofreció disculpas "a todos los afectados por el incidente". En una conferencia de prensa, Sarah Dzafce se disculpó en tres idiomas (finlandés, inglés y chino) diciendo: "Lo siento, China". Los organizadores del certamen otorgaron el título a Tara Lehtonen, la primera finalista. A pesar de esta decisión simbólica, la controversia continuó sin cesar.
Las figuras políticas están alimentando la controversia
El asunto incluso cobró un cariz político cuando varios miembros del Partido Nacionalista Finés (Perussuomalaiset) —Juho Eerola, Kaisa Garedew y el eurodiputado Sebastian Tynkkynen— publicaron fotos suyas haciendo el mismo gesto controvertido. Esta provocación provocó indignación. El ministro de Educación, Anders Adlercreutz, calificó su comportamiento de «irresponsable, infantil y estúpido», y añadió que «este gesto claramente ofende a la gente».
El partido del primer ministro Petteri Orpo también recibió críticas, donde la diputada Pia Kauma declaró que «es necesario actuar con rapidez para evitar la normalización del racismo en las instituciones». Se prevé una reunión interpartidaria para debatir el tema.
En resumen, lo que se suponía que sería un incidente individual se ha convertido en una crisis de relaciones públicas para Finlandia, lo que ha desatado un profundo debate sobre la responsabilidad pública y la tolerancia. El caso de Sarah Dzafce trasciende el ámbito de los concursos de belleza; plantea preguntas sociales sobre la línea entre la torpeza y el racismo, y sobre cómo las figuras públicas y los funcionarios electos deben representar el respeto en un mundo globalizado.
