Los chinos ultrarricos, fascinados por las teorías pronatalistas de Elon Musk, están externalizando sus ambiciones dinásticas a California. Mediante el uso extensivo de gestantes y bancos de esperma de élite, buscan establecer verdaderas líneas de herederos, a veces centenares. Esta industria, revelada por el Wall Street Journal , desafía la ley china y plantea serias acusaciones de explotación y eugenesia.
Cómo eludir las restricciones familiares impuestas por Pekín
En China, la gestación subrogada está estrictamente prohibida y las parejas tienen un límite de tres hijos. Sin embargo, estas restricciones no disuaden a algunos magnates, quienes recurren a clínicas californianas. Allí compran el llamado esperma "premium" —de deportistas de élite o donantes con un alto coeficiente intelectual— por aproximadamente 2500 dólares la muestra, para inseminar a madres subrogadas estadounidenses y dar a luz a niños nacidos como ciudadanos estadounidenses. Xu Bo, fundador de Duoyi Network, ya afirma tener más de 100 hijos y, según se informa, aspira a tener al menos 20 varones para asegurar la continuidad de su imperio de los videojuegos.
Explosión del mercado de gametos seleccionados
Aunque la ley de California limita teóricamente el número de hijos por donante a 25, esta norma se elude con frecuencia en el caso de clientes adinerados. Especialistas como Nathan Zhang, de IVF USA, hablan de pedidos masivos destinados a crear "dinastías genéticamente superiores", con el uso sistemático del diagnóstico genético preimplantacional para seleccionar ciertos rasgos. Se dice que el multimillonario Wang Huiwu concibió 10 hijas utilizando esperma de modelos, impulsado por un claro deseo de alianzas y prestigio.
Tensiones legales en Los Ángeles
La jueza Amy Pellman ha expresado públicamente su preocupación: en 2023, Xu Bo compareció, según informes, por videoconferencia en una docena de casos relacionados con el reconocimiento parental, todo ello mientras residía en China. En Irvine, las niñeras crían a sus bebés mientras espera sus visas. Sus comentarios sobre la supuesta "superioridad" de los niños han causado indignación, incluso en los tribunales. Ante estas prácticas, Pekín ha anunciado sanciones más estrictas contra la gestación subrogada en el extranjero, pero esto ha tenido poco impacto real en estas élites adineradas.
Abusos éticos: incesto potencial y mercantilización de la vida
La falta de una trazabilidad clara aumenta el riesgo de relaciones incestuosas entre medio hermanos que desconocen su parentesco. Los acuerdos de pago, a menudo opacos, para las madres sustitutas también son motivo de preocupación. En Estados Unidos, algunos senadores piden la prohibición de la gestación subrogada para ciudadanos chinos, a pesar de que las solicitudes se han cuadriplicado desde 2014. Los críticos denuncian esto como una eugenesia flagrante, donde los niños se convierten en activos utilizados para impulsar estrategias dinásticas.
¿Hacia una regulación internacional?
A menudo ausentes de la vida diaria de sus hijos, estos padres invierten sumas colosales en la creación de líneas genéticas. Entre las regulaciones más estrictas de China y las disparidades en la legislación estadounidense, persiste un vacío legal. Cada vez más voces exigen una regulación global y una trazabilidad estricta de los donantes para frenar este "negocio de bebés" con sus preocupantes excesos.
En resumen, tras estos esquemas de linaje a medida se esconde una inquietante brecha entre el poder del dinero y los límites de la ley. Al transformar la procreación en una estrategia de inversión y a los hijos en instrumentos de herencia o prestigio, estas prácticas desafían directamente los valores éticos que sustentan nuestras sociedades. El caso también revela la incapacidad de los marcos jurídicos nacionales para regular los flujos reproductivos globalizados, donde los más ricos se desenvuelven según las leyes a su antojo.
