Selena Gomez enfrentó recientemente críticas por una "sombra de vello" sobre su labio en una historia de Instagram, lo que desató una ola de comentarios crueles. Con humor autocrítico, la cantautora estadounidense respondió normalizando el vello corporal femenino, dirigiéndose a los internautas que desconocían la realidad del cuerpo femenino.
Una historia que desata el caos
En un video compartido por Entertainment Tonight, una seguidora critica sin rodeos a Selena Gomez por su supuesto "bigote". Visiblemente divertida, la cantante y actriz permanece imperturbable y responde con franqueza: "Lo entiendo, tengo melasma y un grano. Es el sol, el protector solar es imprescindible, pero no es un bigote". Su tono desenfadado y su humor calman de inmediato la burla, a la vez que destacan afecciones cutáneas muy comunes, como el melasma, que afecta a muchas personas y puede aparecer con la exposición al sol.
La franqueza de Selena transforma una crítica superficial en una auténtica lección de autoaceptación y la normalidad de los tonos de piel. En lugar de ocultarse o justificarse, nos recuerda la importancia de desmitificar los estándares de belleza irreales. Esta reacción, impregnada de humor y sinceridad, también destaca su capacidad para convertir una situación potencialmente negativa en un momento de aprendizaje y empoderamiento.
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Vergüenza corporal: el vello corporal femenino es un tabú
"¡Aféitate!": estas órdenes delatan una norma tóxica según la cual cualquier vello corporal en las mujeres se percibe como escandaloso o inaceptable. En su documental "¡Libres y Peludas!", la caricaturista Vicdoux denuncia el considerable coste —en tiempo, dinero y dolor— de la depilación impuesta a las mujeres y destaca el peso de las presiones sociales en su vida diaria.
Por su parte, la experta Jade Debeugny, en "Vello Corporal Femenino en la Pantalla", aboga por la normalización del vello corporal femenino, destacando cómo el cine y los medios de comunicación podrían contribuir a deconstruir estos estándares irreales y promover una visión más natural y libre del cuerpo femenino. En conjunto, su trabajo nos invita a cuestionar la presión social que rodea al vello corporal femenino y a imaginar una cultura que acepte la diversidad corporal sin juicios ni restricciones.
Una respuesta feminista y liberadora
Selena Gomez pide romper con las reglas tácitas: el vello corporal, el melasma y los granos son normales, no "repugnantes". Su mensaje se dirige especialmente a las mujeres jóvenes, a menudo sometidas a la presión social y mediática, y aboga por "dejar de autolesionarse para complacer a los demás". Al exhibir con orgullo su cuerpo y su apariencia sin filtros, desafía y acelera la deconstrucción de los cánones de belleza "suave" y "perfecta" impuestos por las redes sociales.
Más allá de la aceptación corporal, promueve un enfoque de autenticidad y autocompasión, recordándonos que la vulnerabilidad y las variaciones de la piel no son debilidades, sino formas de libertad y fortaleza. Su enfoque va más allá de un simple mensaje estético: es un llamado a repensar nuestra relación con nuestros cuerpos, nuestra autoconfianza y las presiones normativas que la sociedad ejerce sobre las mujeres jóvenes.
Este lamentable incidente sirve como recordatorio de que el cuerpo de las mujeres sigue estando sujeto a expectativas poco realistas y culpables. Al reaccionar con humor y autenticidad, Selena Gomez transforma una crítica en una postura contundente contra la humillación corporal. Su actitud anima al público, y en particular a las jóvenes, a aceptar su cuerpo y a resistirse a los cánones de belleza impuestos por las redes sociales y la sociedad.
