Saltó a la fama con el exitoso sencillo "KONGOLESE SOUS BBL", una canción adictiva que rápidamente se convirtió en una de las canciones más populares de nuestras listas de reproducción. Theodora, una artista multifacética con un estilo híbrido, era prácticamente desconocida hace tan solo un año, y hoy está llenando estadios en tiempo récord. En el programa "Couch", presentado y creado por Lena Mahfouf, la nueva reina del pop, nombrada Mujer del Año por GQ, se sincera como nunca. Habla con franqueza sobre su cuerpo y canta la melodía de la autoaceptación.
Teodora hace algunas revelaciones sorprendentes sobre su apariencia.
Desde nuestros auriculares hasta los altavoces de los clubes más de moda y los escenarios más legendarios, su sonido resuena en todas partes. Sus canciones, que hacen que las caderas se muevan con cada estribillo, se encuentran entre las más escuchadas en las plataformas de streaming. Votada como "Revelación Femenina" del año en los premios Flammes de la Musique, Theodora está triunfando con su voz. No es casualidad que la apoden "la jefa" en la industria.
La rapera, que sigue los pasos de Aya Nakamura con delicadeza, es una artista inclasificable. Su música es una vibrante fusión de rap, pop, R&B, electro y bouyon. Mixta, colorida, febril y rebelde, sus sonidos tienen todos los ingredientes para convertirse en éxitos memorables. Theodora también ha forjado una imponente imagen de diva, una mujer segura de sí misma. Pestañas postizas XXL, sombra de ojos neón, una peluca asimétrica con estampado de leopardo, una sonrisa adornada con pedrería: es todo un personaje.
De hecho, como le explicó a Lena Situations en el programa "Couch", debe su porte natural a las mujeres de su familia. Creció rodeada de poderosas figuras femeninas, capaces de intimidar a los hombres con su mera presencia. Sin embargo, a pesar de este impresionante legado, Theodora no está del todo en paz con su reflejo.
"Me siento muy cómoda con no estar cómoda con mi cuerpo", dice, casi filosóficamente. Si bien el movimiento de positividad corporal "obliga" a las mujeres a amar su cuerpo, Theodora tiene sus inseguridades, pero las acepta. Tiene un poco de barriguita y la luce con tops cortos o vaqueros de tiro bajo. "Me enojo muchísimo cuando siento que alguien intenta quitarme algo a lo que tengo derecho", insiste.
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Un gran regreso a quienes critican su cuerpo.
Aunque su cuerpo es secundario en su arte, que se centra más en escuchar que en mirar, Theodora se ha convertido en blanco de acoso en línea. En TikTok, la joven prodigio del pop ha recibido más críticas que elogios. Sabe que es uno de los "riesgos del trabajo". "Como tú, estás frente a la cámara; la gente espera que uses una talla 8, incluso una 6", lamenta. En esta industria donde la apariencia debería ser un mero detalle, los cánones de belleza son descontrolados. Durante esta larga, íntima e introspectiva conversación, la cantante ofrece una voz sensata.
Incluso en la adversidad, mantiene la frente en alto. En lugar de ceder ante quienes quieren hacerle daño ocultando su cuerpo bajo capas de ropa y minimizando su silueta, Theodora contraataca con vestidos ajustados y conjuntos de tela minimalista. "Cuando hago esto, lucho contra algo", afirma Theodora.
Y bajo el video en cuestión, los internautas le agradecen su franqueza, su autenticidad y su mentalidad. Las mujeres se sienten realmente representadas, comprendidas y escuchadas. Theodora, además de cautivarnos, fortalece nuestra autoestima. "Puso una venda donde la sociedad ha logrado destruir a las mujeres", comentó uno. "Nuestra generación necesitaba una artista como Theodora", añadió otro.
La rapera es libre de vestirse como quiera.
"¿Por qué querrías quitarme el derecho a usar vestidos ajustados solo porque he subido de peso?" Theodora responde a esta pregunta con un majestuoso "Me da igual". La autora del irónico "todos se ríen en mi cara" es desafiante y libre. Y lo proclama alto y claro a través de sus propias costuras.
En esta inusual entrevista, admite tener un look deconstruido y ecléctico. Y eso es lo que la hace única. Theodora no sería ella misma sin sus excéntricas capas, extensiones geométricas y su peculiar estética del año 2000. La joven, la segunda artista francófona más escuchada en Francia, por delante de Céline Dion y detrás de Aya Nakamura, está librando una necesaria batalla de ideas.
Theodora no solo ahoga el ruido de nuestros viajes en metro ni anima nuestras noches de discoteca. Dice en voz alta lo que otros solo piensan para sí mismos. Nos susurra palabras de amor al oído y nos infunde confianza.
