Adéla Jergová, cantante eslovaca de 22 años conocida como Adéla, es apodada por algunos como "la nueva Madonna" por su estilo y sus actuaciones audaces. Representa a una generación de estrellas pop contundentes, tan provocativas como cautivadoras, que a la vez reivindican una identidad artística única.
Desde sus orígenes hasta el reconocimiento internacional
Nacida en 2003 en Bratislava, Eslovaquia, Adéla creció rodeada de ballet en Moscú desde los tres años y Hannah Montana le inspiró a soñar con una carrera musical. Bailarina autodidacta, aprendió inglés viendo series de televisión estadounidenses y rápidamente se sintió "americanizada", lo que la diferenció de la conservadora sociedad eslovaca. De adolescente, se unió al Ballet Estatal de Viena y luego se mudó a Londres y Los Ángeles para desarrollar su carrera.
En 2023, participó en Dream Academy, un programa de supervivencia, donde fue eliminada prematuramente a pesar de interpretar "Pink Venom" del grupo femenino surcoreano de K-pop Blackpink. Esta experiencia, que ella describe como "el peor año de su vida", la catapultó al estrellato gracias a la docuserie de Netflix "Pop Star Academy: Katseye".
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Una carrera explosiva y colaboraciones prestigiosas
Adéla lanzó su carrera en solitario en 2024 con "Homewrecked", elogiado por la revista Out, seguido de "Superscar". En 2025, la artista, música y cantautora canadiense Grimes la contactó a través de TikTok para coproducir "MachineGirl", que incluía un videoclip con Sofia Wylie y un cameo de la productora. Firmó con Capitol Records y lanzó "DeathByDevotion" (producido por Dylan Brady), seguido de su EP "The Provocateur" en agosto, y abrió el concierto de Demi Lovato en 2026.
Por qué la comparan con Madonna… y por qué destaca
Muchos ven a Adéla como una "nueva Madonna" por sus letras sobre el placer, su coreografía provocadora y su actitud rebelde que desafía las normas. Al igual que la Reina del Pop, fusiona el pop explosivo con el dance. Sin embargo, Adéla insiste en su "estilo único e incomparable": sus letras exageran su vida real de forma teatral, y su música pop incorpora armonías sofisticadas. No imita, reinventa.
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En resumen, Adéla representa un sonido pop liberado, queer-friendly y global, nacido en la era de TikTok y los realities. Su meteórico ascenso —de ser eliminada de los realities a ser artista firmada por Capitol— demuestra que no es una simple imitadora: es una auténtica heredera que forja su propia leyenda.
