Dos semanas después de su coronación, Fátima Bosch, Miss México, Miss Universo 2025, se encuentra en el centro de una controversia mediática. Acusada de ganar una competencia amañada, la joven ha decidido responder públicamente para defender su integridad y la de la organización.
Una victoria disputada desde el momento de la coronación
El 21 de noviembre de 2025, Fátima Bosch fue coronada Miss Universo al final de una ceremonia ya marcada por una tensión palpable. Unos días antes, un altercado entre la candidata mexicana y el productor Nawat Itsaragrisil se había viralizado en redes sociales, donde él la llamó "tonta".
Cuando Fátima Bosch finalmente ganó el título, inmediatamente surgieron voces que denunciaron favoritismo y una victoria amañada. Uno de los jueces, Omar Harfouch, incluso dimitió tras la ceremonia, denunciando una votación secreta y calificando a Fátima Bosch de "ganadora falsa". Estas declaraciones generaron debates en línea y alimentaron sospechas de manipulación interna.
La respuesta de Fátima Bosch: "No se puede comprar una corona"
En su aparición en Good Morning America el 2 de diciembre, la nueva Miss Universo abordó las acusaciones directamente. "Claro que no", declaró, afirmando que su éxito se basa en el mismo trabajo y esfuerzo que todas sus competidoras. Con un toque de humor, añadió: "Quizás se pueda comprar una corona en Walmart, pero no en Miss Universo". Fátima Bosch también refutó las acusaciones de que su padre tiene vínculos comerciales con Raúl Rocha, copropietario de la organización. "Mi padre no tiene nada que ver con esa estructura, es absurdo", insistió.
Por su parte, el comité de Miss Universo publicó un comunicado el 19 de noviembre a través de la BBC , afirmando que "ningún grupo externo fue autorizado a evaluar a las delegadas ni a seleccionar a las finalistas" .
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Las consecuencias y divisiones dentro de la competencia
A pesar de estas negaciones, la controversia ha dejado huella. Olivia Yacé, la cuarta finalista, anunció el 21 de noviembre su decisión de renunciar a su título de Miss Universo África y Oceanía. En un comunicado público, explicó que quería mantenerse fiel a sus principios de "respeto, dignidad, excelencia e igualdad de oportunidades". Este gesto simbólico puso de relieve las divisiones internas del concurso, ya de por sí sacudidas por tensiones estructurales entre la transparencia y el espectáculo, la grandeza y la política.
En resumen, al hablar, Fátima Bosch quiso recordar a todos que el valor de una corona no reside en el oro del que está hecha, sino en la integridad de la mujer que la porta. Más allá de las controversias, la joven encarna ahora un debate más amplio sobre la legitimidad, la reputación y las presiones inherentes a los certámenes internacionales.
