Cada año, sus pechos crecen una talla y duplican su volumen. Aquejada de una afección que la comunidad médica aún no logra explicar, está condenada a vivir con estos pechos en constante crecimiento. Lejos de alarmarse, la escocesa de 25 años incluso ha logrado convertir esta peculiaridad física, que le impide ver sus pies, en una ventaja.
Un pecho en constante crecimiento
Generalmente, los pechos alcanzan el final de su crecimiento después de la pubertad, pero no en el caso de Summer Roberts. Los suyos crecen visiblemente cada año, lo que la obliga a renovar su lencería con frecuencia. Incluso los sujetadores más grandes de la tienda le quedan pequeños. Sus pechos se salen de las costuras y ocupan todo el espacio de su ropa. Se siente apretada con todas las telas, incluso las más elásticas. ¿La razón? Ha aumentado diez tallas de sujetador en diez años, llegando a tallas que ya no están disponibles.
Aunque algunas mujeres desearían un escote más pronunciado y un poco más pronunciado, esta escocesa quiere revertir el destino que parece azotarla. Sus pechos pesan más de 25 kilos y son una carga. Estas dos grandes masas abruman su figura de 1,45 metros, y Summer las arrastra como si fueran pesos. Además de tirarla hacia abajo y encorvarla, estos pechos en constante crecimiento obstaculizan todos sus movimientos. Desde vestirse hasta lavar la ropa, todas las tareas básicas se convierten en un desafío.
Sus pechos, que apenas podía ocultar, le habían suscitado muchas preguntas. A los 15 años, cuando sus pechos comenzaron a crecer descontroladamente, Summer consultó a un médico con la esperanza de encontrar respuestas y soluciones. ¿Su conclusión? Era simplemente el efecto normal de la pubertad y el aumento de hormonas. Obviamente, este diagnóstico un tanto simplista estaba lejos de la realidad.
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Una enfermedad rara y particularmente debilitante
A pesar de una persistente sensación de incomprensión y de que sus pechos crecían constantemente, Summer había aprendido a vivir en este cuerpo "a diferencia de los demás". Entonces, un día, sintió un bulto en un pecho, lo que la impulsó a buscar ayuda médica de inmediato. Mientras estaba allí por una emergencia médica y una revisión de mamas, los médicos diagnosticaron su peculiaridad física: "gigantomastia".
El medio de comunicación Passeport Santé la define como una "hipertrofia mamaria excesiva y muy poco frecuente que se produce durante la pubertad o el embarazo". La afección no es irreversible: una cirugía de reducción mamaria puede ser suficiente para revertirla. Mientras espera a perder algo de peso en sus pechos y recuperar algo de libertad de movimiento, usa un corsé para mantener una buena postura. Sin embargo, Summer se niega a envolver su pecho con fajas o telas que lo cubran. Al contrario, celebra su diferencia con cada atuendo.
Aceptación en lugar de lamentación
Summer podría haberse sentido impotente ante este extraordinario pecho que abruma su reflejo. Hace unos años, habría aprendido las reglas de vestirse en capas, amontonarse y mentir sobre su figura. Habría intentado escapar de la mirada burlona de los demás. Hoy, parece inmune a las críticas, las mismas críticas que habría aceptado literalmente cinco años antes. Mejor aún, esta peculiaridad la enriquece en el sentido más literal. Alerta de spoiler: sus pechos parecen dos lingotes de oro. Es bien sabido que la escasez aumenta el valor.
Este pecho, que no encaja en ningún molde, podría haber sido una carga. Pero Summer decidió convertirlo en su arma secreta. Muy activa en plataformas para adultos, Summer se embolsó la considerable suma de 70.000 libras (casi 80.000 euros) en tan solo un mes. Ya no es esclava de su cuerpo y sus inseguridades , sino dueña de su figura.
Al principio, sus pechos eran su mayor obstáculo, pero hoy son su mayor activo. La historia de Summer nos recuerda que se necesita de todo para construir un mundo. Aprender a amarse a uno mismo no es una opción, sino una necesidad para seguir adelante.
