La actriz británica Aimee Lou Wood, protagonista de la serie de culto "The White Lotus", ha hablado abiertamente sobre su lucha contra el trastorno dismórfico corporal. Conocida especialmente por su diastema, Aimee Lou Wood padece este trastorno, que distorsiona la percepción del propio cuerpo, convirtiendo la imagen corporal en fuente de ansiedad y sufrimiento.
Una batalla silenciosa contra la dismorfia corporal
El trastorno dismórfico corporal se caracteriza por una autoimagen distorsionada, donde la persona ve sus rasgos como repulsivos o incluso monstruosos, aunque esta percepción sea falsa. Aimee Lou Wood relató que las escenas del baño en la serie "The White Lotus" fueron particularmente difíciles, ya que la obligaron a enfrentarse a una imagen que consideraba demasiado cruda y alejada de sí misma.
Explicó: «Durante esas escenas en bikini, odiaba mi cuerpo. Pero me decía a mí misma: no es tu cuerpo, es el cuerpo de tu personaje». Esta comprensión le permitió usar su papel como una especie de refugio para sobrellevar mejor este trastorno.
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Del aislamiento a la aceptación
La actriz también aborda las profundas repercusiones psicológicas, como la ansiedad social y la dificultad de sentirse "normal". Su trayectoria está impulsada por el deseo de autenticidad y de ser un ejemplo en un entorno hollywoodense que a menudo no es muy inclusivo. Aimee Lou Wood espera dar voz a todas aquellas personas que sufren en silencio a causa de su imagen, para ayudarlas a aceptarse mejor a sí mismas.
El papel salvador del arte y la comedia
Aimee Lou Wood destaca que la actuación ha sido un "refugio", una burbuja protectora donde puede expresar sus emociones y crecer. Esta experiencia artística le ha brindado apoyo en salud mental, permitiéndole diferenciar su propia identidad de la de sus personajes. De esta manera, la actriz se une a otras jóvenes artistas, como la cantante, compositora y actriz estadounidense Ariana Grande, y la cantante, compositora, actriz, productora y empresaria estadounidense Selena Gomez, quienes abogan por una mayor apertura y comprensión en torno a los problemas de salud mental.
El testimonio de Aimee Lou Wood nos recuerda lo invisible, pero a la vez profundamente impactante, que puede ser la lucha contra la dismorfia corporal. Al compartir con honestidad su experiencia, ayuda a romper el silencio que rodea a los trastornos de la imagen corporal y anima a todos a practicar la autocompasión. Su historia también ilustra el poder del arte como herramienta de resiliencia y liberación.
