Quería hacer ejercicio sin hacerme daño: así es como el Bloom Club cambió mi rutina.

Para muchas mujeres, el ejercicio se siente como una obligación. Muchas se atan las zapatillas a regañadientes y extienden la colchoneta, pensando que será una experiencia terrible. Soy una de esas mujeres que empiezan a hacer ejercicio para alcanzar un ideal inalcanzable y suspiran exasperadas con cada entrenamiento. La aplicación Bloom Club transformó esta obligación en placer y las sesiones en una oleada de amor propio. Me enseñó una valiosa lección: el cuerpo no es un enemigo al que combatir, sino un aliado al que celebrar.

Deporte, sin presión ni culpa

Todos tenemos una buena razón para empezar a hacer ejercicio. Sin embargo, seamos sinceros, a menudo comenzamos la actividad física impulsados por la presión y los propósitos de año nuevo. Desempolvamos nuestras zapatillas con la esperanza de parecernos a esa chica en forma que vimos en las redes sociales y ajustarnos a esos malditos cánones de belleza. Nos esforzamos al máximo y sudamos profusamente no para mantenernos en forma ni para despejar la mente, sino para transformar nuestros cuerpos a través del dolor y el caos. El ejercicio se convierte casi en un castigo, una forma silenciosa de decirle a nuestro cuerpo que no es lo suficientemente bueno.

Con esa mentalidad tan escéptica, no es de extrañar que la esterilla se quede en un rincón del salón y que el ejercicio sea prácticamente una fobia. La primera vez que seguí un programa de entrenamiento, caí en la trampa del "todo o nada". Me entregué por completo a los entrenamientos, incluso arriesgándome a lesionarme, y desde el primer minuto, esperaba con ansias el último. Iba a regañadientes y me sometía a una cuota semanal de ejercicio excesiva, pero terminé sintiéndome mal y desanimada.

La app Bloom Club se creó precisamente para redescubrir el placer del movimiento, reconectar con tu cuerpo y ejercitarte con amabilidad. Es un espacio seguro: sin casillas que marcar, sin responsabilidades y sin objetivos que alcanzar. Empiezas de nuevo sobre una base saludable y te reconectas suavemente con tu cuerpo, tus músculos y sus funciones. Nuestra guía en este redescubrimiento físico se llama Mathilde. Ella promueve un enfoque consciente del ejercicio, dedicado a ayudarnos a reconciliarnos con nosotros mismos y a reducir no nuestra cintura, sino nuestras inseguridades.

Programas que se adaptan a cada mujer

La app Bloom Club promete un renacimiento mental, no físico. La idea no es perder peso, conseguir un vientre plano ni esculpir un nuevo físico, sino progresar a tu propio ritmo y crear tu propia rutina. Los programas son aptos para todo tipo de cuerpo. No se trata de forzar el cuerpo al límite ni de causarle traumatismos. En el menú encontrarás: Pilates, estiramientos, cardio y entrenamiento de fuerza, running y ejercicios para aliviar el dolor menstrual.

Las sesiones están estructuradas como tutoriales: Mathilde demuestra los movimientos y nos guía con su contagiosa calma. Personalmente, probé el entrenamiento de fortalecimiento muscular y, a diferencia de cualquier otro que haya hecho antes, no fue nada agotador. Mathilde demuestra que no hace falta esforzarse al máximo para trabajar los músculos y que los movimientos lentos y deliberados son mucho mejores que los bruscos. En ese momento, no sentí que me estuviera esforzando, pero al día siguiente sentí músculos que ni siquiera sabía que tenía. Otra ventaja: las sesiones son cortas y se adaptan perfectamente a nuestro ritmo de vida ajetreado.

A diferencia de otras aplicaciones de fitness, Bloom Club nos da bastante libertad y no nos impone nada. Hacemos clic en el vídeo que queramos, según nuestro estado de ánimo, nuestras capacidades y nuestros deseos. Controlamos nuestro entrenamiento, lo que no impide la regularidad ni la disciplina. Gracias al trato amable y profesional de Mathilde, cumplimos con gusto nuestra cita.

Una valiosa oportunidad para reconectar con uno mismo

En Bloom Club, el ejercicio no es una tortura, sino una declaración de amor propio, un momento de conexión. Cada sesión se desarrolla en un ambiente alegre y positivo, libre de pensamientos negativos. Radiante, llena de energía y motivación, Mathilde comparte su serenidad, permitiéndonos concentrarnos en lo que realmente importa. Cada movimiento, ya sea una sentadilla, una zancada o un estiramiento, es un agradecimiento a nuestro cuerpo. Expresamos nuestra gratitud en lugar de culparlo de todo. Y este sutil cambio mental, alejado de estereotipos y prejuicios, transforma por completo nuestra forma de entrenar.

El Club Bloom desafía todo lo que siempre hemos escuchado en revistas y anuncios femeninos. El ejercicio debe ser un pasatiempo placentero, no una solución para perder peso y imitar la anatomía de las modelos. El Club Bloom nos devuelve al camino correcto: el camino del amor propio, la confianza y el bienestar físico. Al finalizar el programa, nos sentimos en paz con nosotras mismas, fortalecidas con una auténtica fuerza interior.

Sesiones que fortalecen el cuerpo y, además, mejoran la autoestima.

La amabilidad es el principio rector de Bloom Club. Más allá de programas prediseñados que potencian la autoestima y sesiones semanales en directo que fomentan la actividad física, la plataforma cultiva una actitud positiva en todo su contenido. Tras unas semanas, te sientes más resistente, con más energía y con menos dificultad para subir escaleras. Sobre todo, te sientes vivo, pleno y conectado contigo mismo.

Y eso es lo que deberíamos esperar de un entrenamiento: que nos transforme desde dentro hacia fuera, en lugar de cambiarnos por fuera. El Club Bloom es un primer paso hacia la autoaceptación. Sin síndrome del impostor, sin dudas sobre uno mismo, solo pequeños logros que te motivan a seguir adelante.

En Bloom Club, lo importante no es la apariencia, sino cómo te sientes, la experiencia contigo misma. Seamos sinceras, la confianza es lo más difícil de cultivar, y bajo la guía de Mathilde, nos dedicamos activamente a ello. Es un momento de bienestar casi vital en medio del ajetreo diario.

Artículo asociado

Émilie Laurent
Émilie Laurent
Como maestra de la palabra, manejo recursos estilísticos y perfecciono el arte de los mensajes feministas contundentes a diario. En mis artículos, mi estilo ligeramente romántico les depara sorpresas realmente cautivadoras. Me deleito desentrañando temas complejos, como una Sherlock Holmes moderna. Minorías de género, igualdad de género, diversidad corporal… Periodista incisiva, me sumerjo de lleno en temas que generan debate. Adicta al trabajo, mi teclado es puesto a prueba constantemente.

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